Como ya adelanté en la entrada anterior, este fin de semana me he dejado caer por Córdoba y me he llevado muy buen sabor de boca de la ciudad. Tengo que reconocer que lo que más me ha gustado de la ciudad ha sido su gastronomía, así que para ir abriendo el apetito ¿qué mejor que empezar por sus platos típicos?
GASTRONOMÍA
Lo que más predomina en Córdoba son las tabernas donde tapear y probar los diferentes platos que ofrece su cocina. Gracias a la huella que dejaron en la ciudad las diferentes civilizaciones que pasaron por aquí a lo largo de los siglos, la variedad de platos que podemos encontrar en Córdoba difícilmente se puede encontrar en otras ciudades españolas. De todos estos platos yo destacaría 4:
BERENJENAS CON MIEL
Tengo que reconocer que las berenjenas nunca han sido santo de mi devoción y de hecho no suelo comerlas. El primer día, en una de las tabernas en las que nos sentamos a reponer fuerzas, el camareo nos recomendó este plato (o tapa). Yo en un principio no mostré mucha ilusión por el plato pero mis amigas decidieron pedirlas para ir picando hasta que llegase el plato que habíamos pedido cada una. Llegaron las berenjenas y yo por no hacer el feo de no probarles cogí una, luego dos, luego tres... ¡y me las habría comido todas! Es un plato que recomiendo al 100% a todo el que visite la ciudad. El plato es sencillo: las berenjenas están fritas (o al menos crujientes) y rebosadas con miel. La mezcla de la berenjena y la miel hace que se aprecien los dos sabores pero de una forma muy suave.
SALMOREJO CORDOBÉS
En otras ciudades andaluzas también es típico el salmorejo como entrante. Esta crema fría de tomate se agradece, y mucho, con la calor. Se suele tomar especialmente en los meses de verano pero como este año parece que el verano nos va a acompañar hasta la entrada del invierno, todavía las tabernas y bares de la ciudad lo incluyen en su menú. El que yo probé estaba presentado con huevo y jamón en daditos.
FLAMENQUÍN CORDOBÉS
Como plato principal recomiendo el flamenquín de jamón. Todos, o casi todos, habremos probado alguna vez un flamenquín pero la verdad es que yo nunca había probado uno tan rico y tan casero: no hay dos iguales.
PASTEL CORDOBÉS
Estaba clarísimo que no me iba a ir de la ciudad sin haber probado su repostería así que, una vez, seguí la recomendación de los propios cordobeses y probé su "pastel cordobés". El pastel, muy rico, es una masa de hojaldre rellena con cabello de ángel y decorada con almendras y canela. Empalaga un poco, pero está muy bueno.
QUÉ VER
Como es natural, lo más visitado de Córdoba es su Mezquita-Catedral. En el exterior podemos darnos una vuelta por el el Patio de los Naranjos y contemplar la torre. Inicialmente en este patio predominaban las palmeras pero ahora solo encontraremos naranjos. La torre actual, que se contempla desde la autovía, está construida sobre el antiguo alminar de Abderramán III y en ella encontraremos campanas y la escultura de San Rafael, arcángel custodio de la ciudad. Junto a la torre está la Puerta del Perdón, que en época musulmana constituía la principal entrada a la mezquita. Una vez en el interior de la mezquita nos perderemos en un bosque de columnas y arcos blancos y rojos. También podremos contemplar otros tipos de arcos muy utilizados por los musulmanes en la época, así como preciosos elementos de decoración, pinturas, etc.
La entrada a la mezquita es algo cara, la verdad, ya que cuesta 8€ y no hay ningún tipo de reducción.
A pocos metros de la mezquita, se puede visitar también el Alcázar de los Reyes Cristianos. Este alcázar, junto con sus jardines, es una antigua fortaleza que sirvió a los Reyes Católicos de residencia durante casi una década. El interior del alcázar en sí no tiene mucho que ver aunque sí merece la pena subir a sus torres para obtener una preciosa panorámica de la mezquita de Córdoba, el Guadalquivir y el puente romano. A mí lo que más me gustó fueron los jardines, que me recordaron un poco a los jardines franceses como los del Palacio de Versalles: grandes fuentes, flores de muchos colores y de fondo el alcázar. En estos jardines también se puede ver una escultura que simboliza el encuentro entre los Reyes Católicos y Colón.
La entrada cuesta 4,5€ y para los estudiantes 2,25€.
Una vez visitado los dos grandes monumentos de la ciudad, es un buen momento para perderse por la judería. Entre sus calles puedes encontrar de todo: tiendas de recuerdos, tabernas, la sinagoga, la casa de Sefarad, un mercado de artesanía, etc. Para recorrer estas calles no hace falta mapa, lo mejor es descubrir todo su encanto por nosotros mismos. Para poner punto final a la visita del centro de la ciudad tenemos que pasar por debajo de la Puerta del puente para cruzar el Guadalquivir por el precioso puente romano. Una vez en la otra orilla queda una estampa muy bonita del recorrido del puente por el río y la Mezquita y el Alcázar de fondo.
puente romano y Mezquita-catedral |
También podemos completar la visita a Córdoba paseando por los restos arqueológicos de Medina Azahara. Personalmente creo que ahora mismo no merece mucho la pena esta visita ya que gran parte del conjunto está de reformas y no se puede acceder a determinadas salas. En ningún sitio avisan de este cierre parcial al público así que ciudado de no llegar hasta allí, pagar por el bus que te acerca hasta el conjunto arqueológico y luego llevarse el palo de no poder visitar la parte más espectacular: el salón de Abd al-Rahman III, el pabellón central, las habitaciones anexas al salón de Abd al-Rahman III o gran parte de los jardines.
La entrada al museo y a la proyección es gratuita, el autobús que lleva desde el museo hasta el conjunto arqueológico cuesta 2,10€, la entrada en sí al conjunto es gratuita.
En este enlace podéis ver los horarios y tarifas de todos los monumentos de la ciudad y sus alrededores. Otras de la ciudades andaluzas que quedan cerca y que merecen también una visita, aunque más detallada que la de Córdoba, son Sevilla y Granada.
¡Espero que hayáis disfrutado de este paseito por Córdoba!
¡Espero que hayáis disfrutado de este paseito por Córdoba!