viernes, 5 de mayo de 2017

Ruta del Antiguo Imperio Romano

A los amantes de la cultura clásica les recomiendo sumergirse en los principales vestigios de la civilización romana a la vez que disfrutan de un telón de fondo sin igual: los verdes paisajes del noroeste peninsular en contraposición con los del sur. La huella del Antiguo Imperio Romano en nuestro país es visible en conjuntos arqueológicos como el de Itálica o Mérida, en obras civiles o en destinos turísticos que han cobrado fama a raíz de numerosas leyendas. Una buena estación para realizar esta ruta es primavera u otoño, antes de que haga demasiado calor o sea época de lluvias. ¿Comenzamos esta visita desde el norte para recorrer España hasta llegar al sur?

1. Torre de Hércules (A Coruña)

En A Coruña merece la pena visitar la Torre de Hércules ya que actualmente es el faro romano más antiguo que aún se sigue utilizando como tal. Se sitúa a 60 metros sobre el nivel del mar y tiene una altura de otros casi 60 metros. Sobra decir que además de la visita al propio faro, las vistas son espectaculares.
El faro ha dado lugar a varias leyendas, algunas de las cuales han llegado hasta nuestros días. Una de estas leyendas cuenta que el nombre de la torre, "de Hércules", se debe a que fue este quien libró a la ciudad del yugo de un temible gigante. Por otro lado, la Torre de Hércules está hermanada con la Estatua de la Libertad por encontrarse las dos custodiando ambos lados del océano Atlántico... curioso, ¿no?


2. Cabo Finisterre (A Coruña)

Ya que estamos en A Coruña tenemos que dejarnos caer por el cabo Finisterre para disfrutar de unas vistas espectaculares que combinan paisajes agrestes con unas playas de aguas tranquilas y otras de fuerte oleaje.

Para los romanos este cabo suponía el fin de las tierras conocidas (de ahí su nombre en latín "fin de tierra") y como curiosos hemos sido todos siempre, numerosos viajeros llegaban desde tierras lejanas para ver esta "frontera" natural con el Fin del Mundo. No solo llegaban viajeros por tierra, sino que algunos lo hacían en barco y, teniendo en cuenta la ausencia de un faro por aquel entonces y el peligro del Atlántico, muchos de estos aventureros morían en el intento, incrementando esta idea del Fin del Mundo.


 

3. Las Médulas (León)

Esta explotación minera, declarada Patrimonio de la Humanidad, supuso la innovación de la época romana ya que para alcanzar los diferentes niveles que albergaban el oro, los romanos recurrieron a forzar el derrumbamiento de estos montes. Resulta interesante visitar estas minas ya que, a la vez, podemos disfrutar de un espléndido entorno natural.


 


4. Acueducto de Segovia (Segovia)

En el año 50 d.C. los romanos construyeron en la ciudad de Segovia un acueducto que les permitiese abastecer a la ciudad con el agua del río. De esta forma, este acueducto de unos 15.000 metros de recorrido mejoró la vida de los romanos y ha llegado hasta nuestros días en perfectas condiciones, estando incluso declarado Patrimonio de la Humanidad.

Si estamos por Segovia a la hora del almuerzo es casi obligatorio reponer fuerzas con un buen cochinillo o unas chuletitas de cordero.



5. Mérida (Badajoz)

templo de Diana
En el año 25 a.C., el emperador Octavio Augusto fundaba esta ciudad con el nombre de Emerita Augusta, declarada hoy Patrimonio de la Humanidad. La ciudad desempeñó desde el principio un papel muy importante en la época ya que era el centro económico, jurídico y militar del Imperio Romano en la Península.

Toda la ciudad ofrece la posibilidad de sumergirse en la cultura romana y de trasladarse al día a día de la época gracias a los numerosos monumentos y obras públicas que aún se conservan en buen estado: el cardo maximus, el puente, el Arco de Trajano, el templo de Diana, el teatro, el anfiteatro, las termas o el acueducto de los Milagros. Sorprende mucho la mezcla de obras tan antiguas situadas justo al lado de edificios modernos y es que la Mérida de hoy en día se ha asentado alrededor de estas obras clásicas.
Solo me queda destacar que Mérida acoge durante los meses de julio y agosto el Festival Internacional de Teatro Clásico con obras como Calígula o La bella Helena entre otras. Hay que estar atentos al calendario en su página web.

6. Conjunto arqueológico de Itálica (Sevilla)

anfiteatro de Itálica
Para terminar la ruta, no hay nada mejor que visitar la ciudad romana de Itálica, declarada Bien de Interés Cultural. Aunque inicialmente esta ciudad fue fundada como hospital de campaña en el año 206 a.C., Itálica fue creciendo poco a poco hasta llegar a adoptar un importante papel estratégico durante la segunda Guerra Púnica.
Cuna de grandes emperadores como Trajano o Adriano, aún hoy conserva restos de la ciudad romana que antaño fue. Entre estos restos destaca el anfiteatro donde pasaban su tiempo libre los romanos y el Emperador y donde se jugaban la vida los gladiadores. Este anfiteatro es uno de los más grandes del mundo, teniendo incluso un aforo superior al número de habitantes de la ciudad. Se construyó en una llanura por donde anteriormente discurría un arroyo y, debido a que la arena donde se celebraban los juegos estaba siempre húmeda, los romanos tuvieron que diseñar un sistema de canalización subterráneo para mantenerla siempre seca.
En el teatro de Itálica tienen lugar obras teatrales muy diferentes, entre las que yo destaco Lisístrata: una comedia muy bien adaptada. El calendario oficial se extiende entre los meses de julio y agosto (nocturnas) pero a veces hay representaciones también en mayo (diurnas). ¡Solo hay que echarle un vistazo a la programación y elegir la obra que más nos guste!
"Ave Caesar, morituri te salutant"


Y hasta aquí nuestro viaje en el tiempo a una época de gladiadores, acueductos y leyendas sobre el fin del mundo. Ahora toca reponer fuerzas para nuestro próximo viaje. ¡Nos leemos en la próxima!

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