viernes, 4 de diciembre de 2015

Navidad en Sevilla

Se acerca una de las fechas más señaladas en el calendario, la Navidad, y muchos aprovechamos estos días para hacer una visita a otros destinos todavía por conocer. El año pasado en la entrada Estrasburgo se pone guapa por Navidad pudimos disfrutar del mercado navideño de esta bonita ciudad francesa o tomarnos un vino caliente mientras recorríamos sus calles. Como bien dije, y sigo manteniendo, Estrasburgo es la Capital de la Navidad por algo... Sin embargo, en España también tenemos destinos que muestran su mejor cara durante las Navidades. Este año os recomiendo Sevilla.

Los escenarios principales del programa navideño de este año serán las Setas, la Alameda de Hércules, la Plaza de San Francisco y el Palacio de San Telmo. Podremos disfrutar de todas sus actividades desde el 8 de diciembre hasta el 6 de enero.

PATINAJE SOBRE HIELO, TOBOGANES Y OTRAS ACTIVIDADES


En el Prado de San Sebastián, en pleno centro histórico de la ciudad, se instala una pista de hielo para los que quieran probar su destreza sobre patines de hielo. Los que no se atrevan pueden deslizarse por el tobogán de hielo que está instalado también en este recinto, montar en Tiovivo o subirse a la noria.
No importa si nos decidimos por una u otra actividad porque un chocolate caliente siempre sienta bien por estas fechas y aquí podemos encontrar algunos puestecillos con chocolate caliente, buñuelos o churros. ¡Ideal para entrar en calor y reponer fuerzas!
Otras pistas de hielo también muy recomendables se encuentran instaladas en la Plaza de San Francisco (detrás del Ayuntamiento) y en la Alameda de Hércules, estas están diseñadas especialmente para los más pequeños.
pista de hielo y noria del Prado de San Sebastián

 

LUCES Y SONIDO


Desde hace unos años el mapping reúne cada día a cientos de curiosos que se quieren dejar sorprender por el espectáculo de luces, sonido e imágenes en 3D que tiene lugar en una de las fachadas del Ayuntamiento. Sin embargo, este año estamos ansiosos por disfrutar de 3 espectáculos parecidos que tendrán lugar en Las Setas (un espectáculo circense de 360º), en la Alameda podremos disfrutar de un "mural sonoro" y en el Palacio de San Telmo los pequeños de la casa disfrutarán con el teatrillo "El niños que fuimos es quien nos alumbra". Hasta el 23 de diciembre no podremos disfrutar de este nuevo programa navideño pero mientras tanto podemos echarle un vistazo al espectáculo del año pasado. Este año posiblemente sea parecido...




MERCADOS NAVIDEÑOS


En El Prado, la Plaza Nueva o La Alameda se concentran puestecillos donde comprar artesanía, frutos secos, postales navideñas, etc. y donde se puede disfrutar de la animación característica de estas fechas. En la Plaza Nueva podemos disfrutar también del belén instalado en el arco del Ayuntamiento y de la propia fachada del Ayuntamiento, preciosamente iluminada. En La Alameda nos espera lo mejor: los más pequeños pueden montarse en un camello, acudir al cuentacuentos o simplemente disfrutar de los villancicos que cantan algunos grupos de música callejeros.

FERIA DEL BELÉN

Si cada año montas en casa el belén y te gusta añadirle alguna casita nueva, cambiar algún pastorcillo o renovar a los Reyes, en Sevilla puedes encontrar todo esto y mucho más. Hasta el 23 de diciembre puedes pasarte por esta feria ubicada a los pies de la catedral y comprar todo lo necesario para el belén. Además de encontrar lo fundamental, aquí podremos encontrar detalles tan minuciosos como fruta, verduras, zambombas para los pastorcillos...
Además si quieres un belén original, en algunos puestos venden cabezones muy simpáticos. 


5 DE ENERO: CABALGATA DE REYES MAGOS


carroza Vikinga
El día grande de estas fechas es sin duda el día 5 y en Sevilla la ilusión se vive de una forma diferente, espectacular.
La cabalgata de Reyes sale sobre las 15:00 del Rectorado, en pleno centro de la ciudad, para recorrer las principales calles de Sevilla y volver a entrar en el Rectorado a eso de las 22:00. Durante estas horas unas 30 carrozas animadas con diferentes temáticas y cargadas de niños y mayores pondrán a prueba al público en su habilidad de coger caramelos y otros regalos al vuelo. Cada año se incluyen carrozas nuevas aunque las que nunca cambian son la de los tres Reyes Magos, por supuesto, la Estrella de la Ilusión, que abre paso a la cabalgata, el Mago de la Fantasía o el Gran Visir. Si bonitas son las carrozas de día, de noche lo son aún más con todas sus luces encendidas. Recomiendo ver la cabalgata dos veces: una de día y otra de noche. Como sitio clave para disfrutar a lo grande no hay nada mejor que irse al tramo San Pablo-Reyes Católicos ya que los vecinos decoran los balcones con enormes globos que tiran al público para que los vayan pasando de unos a otros y, además, suelen sacar al balcón unos enormes muñecos de nieve hinchables que "bailan" con los beduinos las canciones que toca la banda: muy muy original.
Si sobrevivimos a estos "caramelazos" también lo pasaremos en grande acompañando a los beduinos en sus bailes tan populares como "El corro de la patata", "El patio de mi casa" o el "Caballo camina pa'lante...".
 No importa qué lugares de la ciudad visites, por qué calles pases o en qué actividades decidas participar, vayas donde vayas Sevilla te sorprenderá con preciosos adornos navideños y luces o con el imponente árbol de navidad de Puerta Jerez.

Avenida de la Constitución

Feliz Navidad

Entradas relacionadas:
Estrasburgo se pone guapa por Navidad
Budapest se ilumina en Navidad
Sevilla de la A a la Z

viernes, 13 de noviembre de 2015

París: Montmartre

La Ciudad de la luz tiene tanto que contar... y es que París no es solo la Torre Eiffel o Notre Dame. Yo no me canso de visitar esta ciudad y creo que nunca lo haré porque París es de esas ciudades en las que descubres algo nuevo cada vez que vas. Es una ciudad tan grande que no es difícil encontrar rincones nuevos o que nos han pasado inadvertidos en otras ocasiones. En esta entrada me gustaría compartir una visita única al barrio más bohemio de París: el Montmartre o barrio de los pintores. No me extraña que este barrio sea aún más encantador, si cabe, por la noche, pero yo la verdad es que recomiendo visitarlo antes de que anochezca para evitar pasar malos ratos, ya que su fama le precede y no sin razón.


Moulin Rouge
La primera vez que pisé este barrio comencé mi aventura visitando la fachada del Moulin Rouge. La verdad es que me esperaba algo más grande, de acuerdo con su reputación, y me sorprendió toparme con un mini molino. Aún así me hice la foto de rigor como todo el mundo. Como es lógico, el Moulin Rouge es mucho más llamativo por la noche pero como he dicho antes mejor prevenir que curar y visitarlo de día. Encaminándonos hacia la joya de este barrio, la basílica del Sacre Coeur, recomiendo coger la calle Lepic, rue Lepic, donde nos espera el parisino y cinematográfico Café des 2 moulins. Así por el nombre igual no dice mucho pero si entramos, nos recordará a esa mítica cafetería de la película de Amélie... y no es solo que nos recuerde al del la película, ¡es el de la película! De hecho, si la has visto seguramente cada rincón de este barrio te recuerde a alguna escena del film puesto que casi la totalidad de ella está ambientada y grabada en Montmartre. Otro de los escenarios de la peli es la frutería de Monsieur Colignon, que la podemos encontrar en la rue Trois Frères. Verdaderamente es una frutería y su propietario ha conservado el letrero que se puede ver en la película "Maison Colignon, fondée en 1956".
Place du Terre


crêpe nutella
Una vez visitada la cafetería, seguimos calle arriba y cuando ya vamos con la lengua fuera, cansados de tanto subir y subir, llegamos a una plaza donde podemos reponer fuerzas tomándonos el mejor crêpe que he probado en toda Francia, la Place du Tertre. No busques una cafetería o una pastelería típica francesa porque nada más lejos de eso. Según llegamos a la plaza, a la izquierda, hay un minúsculo establecimiento (no más grande que la puerta de entrada de un edificio) con un señor, o monsieur en este caso, que no da a basto haciendo crêpes para tanta gente. Hay un sinfin de variedades tanto dulces como salados y están muy bien de precio, mi recomendación: crêpe de nutella.


Ya con el estómago lleno después de la larga caminata lo que nos queda es perdernos por las callecitas estrechas y adoquinadas del Montmartre. Todas ellas desembocan en la basílica del Sacre Coeur así que, ¿por qué no recorrerlas todas? En estas calles se suceden numerosas tiendas de recuerdos, pintores y músicos callejeros, bares con terrazas... hay un poco de todo. Una vez que nos hayamos empapado bien de la esencia de este barrio a lo largo de sus callejuelas y hayamos comprendido por qué se le conoce popularmente como "el barrio de los pintores", es hora de llegar a la parte más alta de la colina del Montmartre: la basílica del Sacre Coeur (Sagrado Corazón).

basílica del Sacre Coeur
Esta basílica de estilo romano-bizantino es asombrosa tanto por fuera como por dentro y desde ella se obtienen unas vistas preciosas de la ciudad parisina. Su construcción se finalizó en el año 1914 pero no fue hasta cinco años más tarde cuando finalmente se estableció como lugar de culto. Lo que más llama la atención de este edificio religioso de mármol blanco es su torre más alta, de 83 metros, considerada como el punto más alto del Montmartre. La basílica se puede visitar por completo: se puede subir a la cúpula o domo para ver cómo París se extiende ante nosotros, visitar la cripta (aunque esta visita no es gratuita) y por supuesto toda la planta de la basílica, en la que nos llamará la atención en el techo el mosaico más grande que existe en toda Francia. Así como curiosidad, para los que se quieran llevar de recuerdo de París el típico llavero de la Torre Eiffel, aconsejo que lo compren a la entrada del Sacre Coeur ya que allí hay numerosos vendedores ambulantes que tras un breve regateo te venden 5 o incluso 6 llaveros por solo 1€.
Para dar por concluida nuestra visita al Montmartre hay que desandar lo andado, pero bueno es más fácil bajar que subir, ¿no? Se puede bajar andando o bien en funicular, yo la verdad para ahorrar dinero bajaría andando porque tampoco es tan cansado y a unas malas incluso podemos sentarnos a descansar un poco en el césped que hay a los pies de la basílica. Una vez abajo se abre una especie de plaza con un tiovivo muy bonito desde donde podemos contemplar, a lo alto, la majestuosa basílica que acabamos de visitar. Por los alrededores hay también numerosas tiendas de recuerdos y la parada del metro. También puedes visitar el Montmartre al revés, subiendo hasta el Sacre Coeur en funicular o andando (son 197 escalones o rampas) y recorrer el barrio hasta llegar al Moulin Rouge, pero a mí me gusta más dejar la basílica para el final. ¡Cuestión de gustos!


Bon voyage!

Entradas relacionadas:
París: de Notre-Dame al arco del Triunfo

jueves, 15 de octubre de 2015

Praga entre brujas y fantasmas

Lo prometido es deuda y a dos semanas de la celebración de Halloween, Mireia Lopez se ha atrevido a compartir en Maleta en Mano su terrorífica pero divertida experiencia en Praga. En su correo Mireia me decía que le encantaría poder llevar un blog pero que no tiene tiempo suficiente así que te agradezco que hayas dedicado unos minutillos a escribir estas líneas. Gracias también al resto de bloggers, aficionados al turismo, etc. que me han mandado sus recomendaciones, me apunto vuestras sugerencias. Os dejo el relato de Mireia tal y como me lo mandó:
"Praga es una ciudad perfecta para pasar Halloween ya que el misterio que rodea a la ciudad durante todo el año se acentúa en esta noche...
Hace dos años unos amigos y yo decidimos pasar cuatro días en la capital checa. Como somos muy frikis de Halloween, cada año intentamos hacer algo diferente y ese año tiramos la casa por la ventana y nos fuimos a Praga con las maletas llenas de maquillaje, colmillos postizos y mucha sangre...
El 31 comenzamos nuestra locura con la visita al Museo de los Fantasmas, Ghost Museum, y al Museo de la Tortura. Nosotros fuimos disfrazados y fue realmente divertido. La verdad es que estos museos pierden parte de su propósito cuando vas en grupo y cada decoración es más un motivo de burla que de miedo pero se pasa realmente bien. Después de visitar los museos nos dejamos caer por la capilla del Osario de Sedlec en la que la decoración con esqueletos humanos nos hizo sentirnos dentro de una película de terror. Con la visita a esta capilla concluyó nuestro "tour cultural" y decidimos ir al centro para ver el ambiente y tomar unas cervezas.
Tengo que decir que impone bastante pasar por el Puente de Carlomagno de noche y rodeados de más gente disfrazada de tanto monstruo de película. Es increíble cómo tanta gente, turistas y no turistas, se van a este puente a hacerse sus fotos de Halloween y además no les importa juntarse con otros personajes míticos para completar sus fotos. La catedral de la ciudad también ayuda a crear esa atmosfera de misterio y terror. Por los alrededores de la catedral, mientras nos hacíamos fotos con El Conde Drácula, La Novia Cadáver o Chuky, nos encontramos con un grupo de estudiantes españoles que nos invitaron a acompañarlos al cementerio judío y aceptamos sin pensarlo. Creo que fue lo más interesante de la noche.

El día 1 por la noche, siguiendo la recomendación de los españoles que nos encontramos la noche anterior, decidimos acudir a un festival muy famoso en la ciudad estos días: Bloody Sexy Halloween. Una vez más fuimos disfrazados y lo pasamos en grande escuchando buena música en directo. También nos presentamos al concurso de disfraces pero no ganamos ninguno de los 3 premios... ¡qué pena! Por los visto está complicado conseguir entradas para esta fiesta ya que las entradas se agotan hasta casi un mes antes, ¡suerte que a nosotros nos colaron! Quizás había demasiado niñato pero el ambiente en general era bueno y la música genial.

Hace ya dos años de esta experiencia inolvidable pero la recuerdo como si hubiese sido hace dos meses. Praga es un destino más que recomendable pero aún más para celebrar Halloween. Eso sí, lo mejor es dejarse llevar por la gente que te encuentras por la ciudad: serán ellos los que te descubran los mejores lugares, fiestas y compañía para pasar esta noche."

viernes, 4 de septiembre de 2015

Toma 3: luces, cámara, acción

No hay dos sin tres, o al menos eso dicen. En esta entrada volvemos a concebir el turismo como algo más que una simple visita a las calles de Sevilla, la isla griega de Skópelos o Venecia. A mí, una apasionada del cine, me encanta saber dónde se filmaron determinadas escenas de mis películas favoritas y cuando viajo a lugares que sé que han servido de platós de rodajes muevo cielo y tierra para acercarme a una simple calle, una simple puerta, etc. En esta ocasión incluyo clásicos como Indiana Jones y la última cruzada o La lista de Schindler así como otras películas más modernas y taquilleras como Mamma Mia!, Sherlock Holmes: juego de sombras y Noche y Día.

Indiana Jones y la última cruzada, Venecia


Quizás la iglesia de San Barnaba no sea el monumento más reconocible de Venecia pero también tiene su encanto y si no que se lo digan a los productores de la saga Indiana Jones, que la eligieron como escenario para su película.
En su afán por encontrar a su padre, Indy acude a la biblioteca (que realmente es la iglesia) donde desapareció. El interior de la "biblioteca" no se corresponde con el de la iglesia, supongo que será un simple decorado. Aunque el interior de la iglesia no es nada del otro mundo, la fachada es bonita y se encuentra cerca de otros puntos de interés de la ciudad como el "Puente de los puños".


Sherlock Holmes: juego de sombras, Estrasburgo


La ciudad francesa de Estrasburgo da comienzo a la secuela de Sherlock Holmes. Los primeros segundos de la cinta, con la explosión y el atentado, muestran la preciosa catedral de la ciudad así como las calles y la plaza que la rodean. Si bien fue necesario añadir estandartes o modificar las tiendas y sus letreros para ambientarlos, a los que hemos visitado Estrasburgo no nos pasa desapercibida la silueta de la imponente catedral.







Noche y Día, Sevilla


La película, protagonizada por Tom Cruise y Cameron Diaz, grabó parte de su trama en las calles del centro de Sevilla y Cádiz. En el fragmento que incluyo a continuación podemos ver a los protagonistas esquivando los tranvías sevillanos o pasando por debajo del arco del Ayuntamiento de la capital hispalense... pero claro, también los vemos rodeados de corredores de Sanfermín... Obviamente no podemos mezclar Sevilla con los Sanfermines pero bueno, dejémoslo en que es cine y aquí todo vale...


Mamma Mia!, Skópelos


Y tras tantas películas de acción, voy a dedicarle unas líneas a una película que me parece muy divertida y con unas localizaciones espectaculares: Mamma Mia!
Uno de estos afortunados lugares para el rodaje de la película fue la isla griega de Skópelos. Si nos dejamos caer por Grecia recomiendo hacerle una visita a esta isla porque tiene unas playas y unas calas preciosas. Además, la isla tiene mucho encanto y el simple hecho de pasear por sus calles transmite una tranquilidad absoluta: casitas blancas con macetas de flores multicolores, calles empedradas y empinadas, el mar Egeo de fondo... Una de las escenas en las que aparece la isla la protagoniza Sophie cuando manda las invitaciones para su boda, creo recordar que en la película no se mantiene el nombre original de la isla, pero sin dudas es Skópelos.
A la isla se puede acceder tanto en avión como en pequeños barcos, yo, aunque se tarde un poco más de tiempo, recomiendo hacerlo en barco porque es mucho más bonito.


La lista de Schindler, Cracovia


Esta es una de mis películas favoritas y aunque todavía no he tenido la oportunidad de visitar Cracovia hace ya tiempo que investigué sobre las localizaciones del film por si alguna vez me dejo caer por Polonia.
Una de estas localizaciones la encontramos en el barrio judío de Kazimierz, en Cracovia. En este barrio se rodaron la mayoría de las escenas de la película ya que hace las veces de guetto judío, aunque en realidad no lo era. Por lo visto, Spielberg tenía la intención de grabar las escenas en el propio guetto judío pero como estaba demasiado modernizado, finalmente optó por el barrio de Kazimierz que sí mantiene aún la esencia de las casas de la época.

¡LUCES, CÁMARA, ACCIÓN!

Entradas relacionadas:
Toma 1: luces, cámara, acción
Toma 2: luces, cámara, acción
Toma 4: luces, cámara, acción

viernes, 21 de agosto de 2015

Berna: Patrimonio de la Humanidad

Si pensamos en Suiza, ¿qué se nos viene a la cabeza? Chocolate, relojes, comercio, naturaleza... pero, ¿qué fiestas se celebran en este país multicultural, qué idiomas se hablan, cuáles son sus principales ciudades turísticas...? Podemos empezar conociendo un poquito más sobre Suiza indagando en su capital: Berna. 

Berna

La capital suiza está atravesada por el río Aar, que divide la ciudad en tres partes, llegando a hablarse incluso de una isla ubicada en el meandro del río. Desde 1983, el casco antiguo de Berna está declarado Patrimonio de la Humanidad ya que todavía conserva un cierto carácter medieval en su arquitectura. Esta encantadora ciudad al pie de los Alpes es muy grande y esconde un sinfin de elementos curiosos para el turista, pero para no hacer demasiado larga esta entrada me centraré en aquellos que son más simbólicos, que no son pocos... En Berna el idioma oficial es el alemán pero, como ocurre en toda Suiza, conviven el alemán, francés, italiano e inglés. ¡Hay donde elegir!
En el casco histórico llama la atención la catedral medieval, o Münster en alemán, uno de los edificios religiosos más grandes de toda Suiza. A la entrada podemos observar una representación del Juicio Final, pero, sin duda, lo que más llama la atención es su elevada torre de aguja desde donde se obtienen unas maravillosas panorámicas de Berna y sus alrededores. Gracias a una altura de 100 metros, la torre de la catedral se divisa desde casi cualquier punto de la ciudad, ¡es estupenda para no perderse! Y si Suiza es famosa por sus relojes, en Berna no podía faltar una famosa Torre del Reloj que no solo da la hora sino que también sirve de calendario astronómico. El encargado de vigiliar esta torre-reloj es el dios Saturno, representado con una hoz y una maza.
Debido a la ubicación de Berna entre los Alpes suizos, es de obligada visita el Jardín de las rosas, Rosengarten en alemán. Los amantes de la botánica disfrutarán de lo lindo en este jardín que incluye más de 200 variedades de rosas y lirios, azaleas o rododendros, estanques... Pero no hace falta ser un experto en flores y plantas para disfrutar de este jardín, ya que se puede pasar un agradable rato tumbado en el césped, se puede dar un tranquilo paseo o  leer un buen libro en las zonas destinadas a ello. Recomiendo la visita a este jardín ya que gracias a su elevada ubicación, desde él se puede disfrutar de unas preciosas vistas del casco histórico de Berna y de la naturaleza que rodeada a la capital suiza. Eso sí, los suizos respetan la naturaleza como el que más así que hay que tener sumo cuidado con cruzar el césped únicamente por los caminos habilitados para ello, evitar dar de comer a los pájaros, etc. porque te fulminarán con la mirada o incluso puedes llevarte una buena bronca.

Si tienes pensado visitar Berna en el mes de noviembre, intenta que sea a finales de mes ya que el cuarto lunes del mes de noviembre la ciudad de Berna celebra su tradicional mercado de la cebolla, Zibelemärit.  Originalmente este mercado se celebraba para que los campesinos de los alrededores de la ciudad pudieran vender las cebollas, ajos y otras frutas y verduras propias del invierno. Sin embargo, los vendedores iban más allá de la simple venta de sus productos: para atraer a más clientes, vendían las ristras de cebolla en forma de trenza y la de decoraban con flores y otros adornos. De esta forma, esta tradición ha ido evolucionando con el tiempo y ahora estas cebollas se venden decoradas con forman inimaginables. Asimismo, este mercado ha pasado de ser un evento para vender-comprar productos a convertirse en una fiesta en la que participa todo el mundo. Por la noche, se suceden elementos carnavalescos con batallas de confeti, mascaradas, juglares cantando los acontecimientos del año... todo un espectáculo de diversión. Además, para sobrellevar las bajas temperaturas, en los puestos se ofrece vino caliente que aromatiza todo el mercado y nos hace entrar en calor. En este vídeo se aprecia perfectamente la esencia de esta original fiesta.
cebollas decoradas

Si te has quedado con ganas de conocer más sobre esta encantadora ciudad te animo a ver el siguiente vídeo en el que se incluyen todos los recursos propios de la ciudad, aunque lo mejor es verlo con los propios ojos:

¡Nos leemos en la próxima!

Entrada relacionada:
Lucerna: una Venecia suiza

domingo, 26 de julio de 2015

Brujas

No hace ni un mes que llegué de mi último viajecito a Bélgica así que lo mejor será escribir sobre alguna de las ciudades que visité. Mi tour comprendió ciudades como Bruselas, Gante, Amberes, Lovaina y Brujas. En esta entrada vamos a empezar por una de las que más  me gustaron: Brujas. He de decir que el país me ha decepcionado un poco según las expectativas que llevaba así que quizás en las entradas relacionadas con Bélgica encontréis más aspectos negativos de los que es costumbre en otras entradas de otros blog o de este propio...
Rozenhoedkaai


BRUJAS: la ciudad

Esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, se puede visitar de sobra en un día.
Podemos empezar  la visita por la iglesia medieval de Notre Dame en cuyo interior nos sorprenderán obras tan significativas como la Madonna de Miguel Ángel, y cuya torre de ladrillo está catalogada como la tercera más alta del mundo.
iglesia de Notre Dame
Una vez visitada, bajamos la calle comercial hasta llegar a la plaza Grote Markt, uno de los mayores encantos del centro histórico de la ciudad. En esta plaza encontramos los edificios más importantes de la ciudad como la torre Belfort o el Juzgado Provincial y, en el centro de la plaza, las estatuas de Jan Breydel y Pieter de Coninck.
Grote Markt
Asimismo, en esta plaza de origen mercante sobran los bares y puestos de comida rápida, así que quizás sea un buen sitio para tomarse algo cuando nos entre el hambre. Hay bares que ofrecen todo tipo de comida, desde los tradicionales mejillones con patatas fritas, comida italiana o sándwiches.

Torre Belfort y su campanario

Se puede subir a la torre Belfort, declarada Patrimonio de la Humanidad, y a sus campanas de carrillón para disfrutar de unas vistas espectaculares de toda la ciudad belga. La torre tiene 83 metros, 366 escalones de escalera de caracol que nos ascienden hacia otra de las joyas de la ciudad: las vistas de Brujas y sus canales. La entrada cuesta 8€, para los menores de 25 años 4€, y está abierta desde las 9 de la mañana hasta las 17 de la tarde. Hay que tener en cuenta que cada hora en punto suenan las campanas, por lo que es mejor no encontrarse arriba en este momento. Tras empaparnos de la Grote Markt, bajamos la calle hasta llegar a otra plaza, la plaza Burg. En esta plaza se encuentra el Ayuntamiento, de estilo gótico, el Palacio de Justicia y la capilla de la Santa Sangre. Uno de los callejones de esta plaza nos lleva al Rozenhoedkaai, el muelle con las vistas más bonitas para mi gusto de toda la ciudad. Por último, a las afueras de la ciudad se encuentran los 4 molinos del siglo XIII que formaron parte de las defensas de la ciudad en esta época. Estos molinos encierran diferentes museos, aunque también merece la pena visitarlos solo por fuera.


A los que les apasionen los museos, Brujas también cuenta con un gran número de ellos, de entre los que destacan dos:

Friet Museum
Museo de la patata frita (Friet Museum): ya que los belgas se atribuyen la invención de este plato tan presente en nuestras vidas, ¿por qué no crear un museo dedicado a ello? Pues sí, en la calle Vlamingstraat encontramos este peculiar museo. Precio: 7€, 6€ para estudiantes presentado el carnet.
Museo Gruuthuse: nos brinda la oportunidad de recorrer las estancias del palacio gótico que perteneció a la familia de mercaderes Gruuthuse en el siglo XVIII. Además dispone de colecciones de arte, piezas arqueológicas y una colección numismática. Precio: 6€, 5€ para estudiantes presentando el carnet o la tarjeta europea joven.



CANALES: tranquilidad en estado puro

Otra de las características de esta popular ciudad son sus canales. Muy comparada con Venecia, Brujas consta de numerosos canales sobre el río Zwin que posicionaron durante años a la ciudad como uno de los principales centros comerciales del norte de Europa. Actualmente son uno de los principales atractivos de la ciudad y un reclamo turístico enorme, por lo que los tours en barco son numerosos en toda la ciudad. Por 8€ por persona no está de más realizar esta ruta de 30 minutos para ver la ciudad desde otra perspectiva. El tour conlleva también una explicación (en flamenco, inglés y francés) sobre los lugares clave de la ciudad como la Casa del Pelícano o los palacios neogóticos. Aunque se vea lo mismo que ya hemos visto andando, el paseo proporciona mucha tranquilidad y nos ofrece otra perspectiva diferente de la ciudad. Salen barcas con mucha frecuencia, lo que es perfecto para no perder mucho tiempo.



CHOCOLATE: el oro belga


bombones surtidos
Amantes del chocolate, ¡estáis en la ciudad adecuada! Son numerosas las tiendas de chocolate que aparecen en cada rincón de cada ciudad belga, pero Brujas, conocida como la capital del chocolate, se lleva la palma. Las dos marcas más conocidas por poseer el mejor chocolate son Leonidas y Godiva. Personalmente me quedo con la segunda. Sin embargo, un detallito que me sorprendió mucho en las tiendas de chocolate, en cualquiera de las dos mencionadas, es que son muy reacios a que seas tú quien elija los bombones que quieres llevarte en las cajas surtidas. Las dependientas se empeñan en meterte ellas los bombones que a ellas les parece oportuno y, además, te echan dos de cada tipo. Habrá a quien esto no le importe pero si queréis combinar la caja con los bombones que os dé la gana, insistidles para elegirlos vosotros. Os pondrán mala cara sí, pero al menos que salgáis de la tienda con una caja de bombones a vuestro gusto. No os arrepentiréis de probar estos manjares de chocolate con leche, negro, blanco, con licor, de café, con pistacho... ¡hay tantos donde elegir!
gofres
Además, si unimos dos de las joyas de la gastronomía belga, el chocolate y los gofres, el resultado es insuperable. Una de las cosas que más me llamaron la atención y que más me gustaron de la gastronomía fue una especie de chupachups de gofre. No es más que un gofre al que se le echa una base de chocolate (negro, con leche o blanco), un topping (de frutos secos, lacasitos, cereales...) y se ensarta en un palo a modo de brocheta, ¡pero está muy bueno! Solo vi esta "modalidad" en una tienda de Brujas situada en la calle que va desde Grote Markt hasta la plaza Burg. ¡Recomendadísimo tomarse uno de estos! 


CERVEZA: variedad donde elegir


degustación
La gastronomía belga destaca por sus mejillones con patatas fritas, sus patatas fritas, sus chocolates y, por supuesto, su inmensa variedad de cervezas. Hay miles de sitios en toda Bruselas para degustar diferentes variedades pero yo me quedaría con uno muy chulo que encontré en esta ciudad: 2be Beer Wall. Nada más entrar encontramos un escaparate enorme con botellas de cervezas diferentes y una cita de Kennedy que nos advierte de que la cerveza es la prueba de que Dios nos quiere hacer felices ("Beer is proof that God loves us and wants us to be happy"). Después de elegir entre tantas variedades, lo mejor es salir a la terraza y buscar un sitio para poder degustar nuestra cerveza a orillas del canal. Otra opción es pedir la tabla de degustación que incluye 4 variedades diferentes. Este rinconcito está en la calle Wollestraat, a escasos metros de la plaza Grote Markt.
2be Beer Wall

Y hasta aquí nuestro viaje a la encantadora Brujas. Solo me queda mencionar que en Brujas, como en el resto de ciudades flamencas, no son muy amigos de hablar en francés así que mejor recurrir al inglés o al alemán. Espero que hayáis disfrutado mucho de este viajecito al norte de Bélgica, ¡nos leemos en la próxima!


Bon voyage!!!

Entrada relacionada:
Lovaina: la desconocida belga

miércoles, 24 de junio de 2015

Dublín de la A a la Z

Leprechauns, cerveza, verde, Molly Malone... ¡Bienvenidos a Dublín!
Hace ya unos añitos que me dejé caer por esta preciosa ciudad irlandesa que me dejó con ganas de más, y es que Dublín y sus alrededores te sorprenden desde que pisas la ciudad. Como ya hemos hecho en otras entradas, repasamos lo mejor de la capital irlandesa pasando de la A a la Z. Por supuesto que si alguien quiere aportar algún interés turístico a las letras que faltan, no tiene más que dejarlo en un comentario.

Acantilados de Moher
Una de las excursiones que no nos podemos perder en nuestra visita a Dublín es la de los acantilados de Moher. Estos acantilados se encuentran a las afueras de la ciudad pero es muy fácil llegar desde ella en tren o mediante las excursiones que se organizan desde la oficina de turismo y desde luego la recompensa merece la pena. Los acantilados, a más de 200 metros sobre el Atlántico, se suceden durante unos 8km por lo que podemos pasear tranquilamente por ellos y disfrutar del verde paisaje irlandés. Estos acantalidos son una de las principales atracciones turísticas de Irlanda por lo que el camino que los recorre es muy accesible y seguro. Si hace buen día no hay nada mejor que llegar al mediodía, hacer un picnic y pasearse por los acantilados hasta que empiece a anochecer: una imagen que queda grabada en la retina.
Los amantes de la saga Harry Potter reconocerán este escenario que juega un papel tan importante en una de sus películas.


Boxty
Uno de los platos típicos de la gastronomía irlandesa. Aunque es muy sencillo, la verdad es que está muy bueno. Se trata de una especie de pastel de patata con diferentes especias. En los menús suelen incluirlo como primer plato y luego para el segundo el estofado de carne a la Guinness (beef and Guinness stew), muy rico también.

Castillo de Dublín
Al contrario de a lo que estamos acostumbrados a ver, el castillo de Dublín no se ubica en lo alto de una montaña o a las afueras de la ciudad, de hecho está en pleno centro de la capital irlandesa. El castillo llama notablemente la atención por encontrarse rodeado de edificions muy diferentes. La fachada del castillo no se conserva debido a un incendio que lo devastó casi por completo pero aun así es realmente bonito. La visita al interior quizás podemos obviarla si no tenemos mucho tiempo, aunque es verdad que su interior se conserva intacto ya que hoy en día se usa para las recepciones de estado.

Dublinia
La exposición interactiva de Dublinia te transportará en el tiempo hasta el Dublín de la época vikinga y la Edad Media. La exposición es muy intersante, con maquetas, exposiciones e incluso personas vestidas de la época que se pasean por las calles de la ciudad medieval. Aquí viviremos en primera persona la invasión vikinga e incluso podremos visitar uno de sus antiguos barcos.
La entrada cuesta 6€ aunque hay descuento para estudiantes y grupos.

Four Courts
Este llamativo edificio situado a orillas del río Liffey es actualmente sede del Tribunal Supremo de Irlanda. Por dentro no se puede visitar pero merece la pena pasearse por la orilla del río para verlo al menos desde fuera.

Guinness
Es de sobra conocido que Irlanda y Guinness no pueden ir separadas y es que la cerveza negra es la estrella de la ciudad. Por supuesto que recomiendo tomar una Guinness en algún pub del Temple Bar pero si tienes tiempo también está muy bien la visita a la fábrica, la Guinness Storehouse. El edificio por dentro es muy curioso ya que se estructura en forma de vaso de Guinness. En la fábrica aprenderemos de una forma muy divertida y dinámica cómo se elebora esta cerveza pero también tendremos la oportunidad de degustarla. El bar se encuentra en la última planta y ofrece unas vistas panorámicas de toda la capital.
Half Penny Bridge
Cruzando el río Liffey este precioso puente nos lleva desde el Temple Bar hasta la orilla más moderna de la ciudad, la calle O'Connell Street. Creo que es el puente más original que he visto nunca ya que, además de por su estructura, llama mucho la atención por lo animado que está siempre con música y bailes.
Curiosidad: el nombre de este puente ("Medio penique" en español) se debe a un impuesto, de medio penique, que había que pagar como peaje a principios del siglo XIX para cruzar el puente.
Irish Museum of Modern Art (IMMA)
El Museo de Arte moderno se encuentra en un precioso edificio, antiguo hospital, cerca de la cárcel de Kilmainham. Si por fuera podemos ver un magnífico edificio, inspirado en el de Les Invalides de París, por dentro se puede disfrutar de una extensa colección de arte contemporáneo y moderno. La entrada al museo es gratuita y Llos viernes y sábados hay visitas guiadas también gratuitas.

Jameson Dublin International Film Festival
¡Cinéfilos!, no os podéis perder este festival internacional de cine. Si tenéis la oportunidad de organizar el viaje a mediados de febrero podréis disfrutar de dos semanas de cine de primera calidad. En las salas de diferentes cines (hay que consultar el cartel del evento para conocer los cines que participan) se proyectan durante dos semanas más de 120 películas de todos los continentes en premier. Además, en algunas de las proyecciones se establece una mesa redonda donde tanto la audiencia como expertos pueden opinar sobre el argumento, los actores, las localizaciones, la banda sonora... Un verdadero lujo cinematográfico.

Kilmainham Gaol
Esta antigua cárcel, hoy convertida en museo, nos cuenta la historia de muchos de los líderes revolucionarios independentistas que pasaron aquí sus últimos días tras ser detenidos y recluidos. Es una interesante forma de entender y conocer mejor la historia de la Irlanda independiente a las reglas inglesas. Ha sido escenario de películas como En el nombre del padre.

Leprechauns
Uno de los símbolos de Dublín, y de Irlanda en general, es la figura del Leprechaun. Estos hombrecillos pequeños, pelirrojos, vestidos de verde, amantes de la cerveza y muy ingeniosos son los protagonistas de muuuchas de las leyendas irlandesas. Su afán por la riqueza y por engañar a la gente los ha hecho participes de muchas leyendas pero también los ha posicionado muy bien en las tiendas de souvenir y es que entre los Leprechauns, las ovejas y la Guinness, no hay excusa para traerse a España un recuerdo de esta ciudad.
Molly Malone
En la calle Suffolk podemos encontrar la estatua dedicada a Molly Malone, todo un icono de la cultura irlandesa. Según cuenta la leyenda, Molly Malone era una joven extremadamente hermosa que se dedicaba a recorrer las calles de Dublín vendiendo pescado fresco. Toda la ciudad la conocía pues llevaba años pregonando la mercancía y empujando su pesado carro, pero nadie pudo ayudarla cuando de repente, debido a una fiebre alta, murió en medio de la calle. Dicen que todavía hoy Molly Malone sigue recorriendo las calles de la capital irlandesa haciendo el mismo recorrido que solía hacer en vida...
O'Connell Street
Esta es una de las calles principales de la capital irlandesa. Todo el ambiente de la ciudad se concentra en la avenida O'Connel Street: bares, pubs, músicos callejeros, estatuas humanas...

Puertas de colores
¡Qué me gustan las coloridas puertas dublinesas! Realmente es algo muy original y que da a la ciudad un encanto especial y muy colorido. Según cuentan, el motivo de pintar estas puertas con unos colores tan llamativos se debe a que cuando los dublineses llegaban a casa después de varias Guiness en el cuerpo era imposible acordarse del número en el que vivían, así que cada uno pintó la puerta de su casa de su color favorito y por supuesto diferente a la del vecino.
Quays
Los quays o muelles son perfectos para darse una vuelta por Dublín a orillas del Liffey. Si el tiempo acompaña, que ya sería una suerte, es muy agradable recorrer estos muelles y visitar edificios como el Four Courts, quedarse con los pubs que desprendan mejor ambiente y disfrutar de la diversidad de barrios que existe en la capital irlandesa. Además los findes suelen haber muchos festivales de música que le dan muy buen rollo al paseo.

Spire of Dublin
Aunque se divisa desde diferentes puentos de la ciudad debido a su altura, es en la calle O'Connel, en pleno centro de Dublín, donde se encuentra esta escultura. Con sus 120 metros de altura, actualmente el Spire of Dublin está considerada como la escultura más alta del mundo.

The Temple Bar
Uno de los barrios más antiguos y bohemios de Dublín. No importa qué hora sea, el Temple Bar  siempre está animado y concurrido. En el Temple Bar se escucha música en directo y se sirven cervezas a todas horas, aunque este barrio cobra especial importancia por la noche. Además, los fines de semana por la mañana podemos encontrar mercados de libros de segunda mano, de moda o incluso de comida. Es un barrio perfecto para encontrar productos típicos irlandeses.

Wall of Fame
En nuestro paso por el Temple Bar no podemos olvidarnos de buscar el "Muro de la Fama". Desde luego si hay algo de lo ques están orgullosos los irlandeses es de su música y especialmente de sus cantantes. Gigantes fotografías de Bono, The Corrs.

Zoo
Si os gustan los animales y los zoos, el de Dublín no os dejará indiferentes. Entre sus exóticas especies se incluye un tapir, un león marino o un tigre albino. Entre los irlandeses, este zoo es una de las atracciones favoritas de su país y es que además se sitúa como uno de los mayores zoos dedicados a la cría de toda Europa. A los más peques les encantarán los pavos reales y las ovejas que se pasean libremente entre las calles del zoo.
Precio: 15€ y 10€ para menores de 16 años.


Y como todo lo bueno, nuestro viajecito a Dublín llega a su fin. Espero que hayáis disfrutado tanto como lo hice yo en su día. Solo me queda añadir que los dublineses son gente maravillosa, no dudan en ayudar a los turistas ni en ofrecerse para aconsejarles una buena cerveza en los pubs. Eso sí, cuidadín con los bolsos y carteras porque no todo lo que reluce es oro y yo, por desgracia, doy fe de ello.
¡Nos vemos en la próxima por las calles de la capital europea!

Entrada relacionada:
Toma 1: luces, cámara, acción