lunes, 3 de abril de 2017

Copenhague

Paisajes de película, gente encantadora, excelente comida, buen ambiente... todo esto es lo que nos espera en la capital de Dinamarca: Copenhague. Una ciudad maravillosa se mire por donde se mire.


sirena del puerto de Copenhague
Copenhague no alberga majestuosos monumentos cargados de historia pero sus coloridos edificios, calles peatonales, parques, canales o su puerto le dan un aire encantador que la diferencia de otras ciudades y hace que nos llevemos un buen sabor de boca de la capital. Asimismo, Copenhague es de las ciudades europeas que presenta una mayor oferta turística para todos los gustos, casi cualquier actividad que te pueda interesar la puedes encontrar en la capital danesa. Además, Copenhague es una ciudad particular, con una forma de vida que a muchos nos puede sorprender. Yo pasé una semanita en esta ciudad nórdica y la visité de la mano de una amiga danesa que me hizo pasar 7 días viviendo como una auténtica danesa (menos por el físico y el idioma claro). Quizás esta sea la clave para visitar Copenhague: sintiendo la ciudad no como un turista, sino como otro danés más. Para ello os dejo una "guía" sobre lo que os depara en este inusual destino.

TURISMO POR COPENHAGUE
Una de las características culturales de los daneses es su preocupación por el medio ambiente.
A mí me chocó bastante la poca cantidad de coches particulares que circulan por una capital tan grande como esta. Me explicaron que casi todos los residentes tienen al menos un coche pero que, para moverse por la ciudad, prefieren la bici ya que no contamina y es mucho más saludable. En el caso de que sea necesario recorrer grandes distancias dentro de la ciudad lo más conveniente es usar el transporte público y en un último caso el coche. Según me contaron, el coche se reserva más para salir de la ciudad, aunque también hay excepciones... Al parecer en Copenhague hay más bicicletas que coches.
Para meternos en la piel de un danés y disfrutar al 100% de nuestra estancia en Copenhague, yo optaría por alquilar una bici para visitar la ciudad, además es muy seguro circular en bici ya que el carril bici recorre toda la ciudad y hay aparcamientos para bicis en muchos puntos de la ciudad. Yo lo hice así y me llevé otra sorpresa cuando quise entrar en un museo y no había estacionamiento para bicicletas. Le pregunté a mi amiga danesa qué podía hacer con la bici y con toda naturalidad me soltó "Déjala ahí mismo." Con ese "ahí mismo" se refería a dejarla en la puerta o en un árbol, sin un candado ni nada... Así lo hice y, aunque tenía mis dudas de si perdería la fianza, cuandó salí de visitar el museo, allí seguía mi bici tal cual la había dejado. Tras esta experiencia me fijé en que la gran mayoría de las bicicletas que hay aparcadas en la calle no tienen ninguna medida antirrobo, y seguramente las que tengan candados o similares serán de algún guiri desconfiado como yo... Por lo visto no es necesario asegurar la bicicleta con un candado ni nada parecido, el índice de robo en esta ciudad es casi nulo. Eso sí, otra de las cosas que se toman muy en serio es la seguridad y no es de extrañar ver a la gente con casco, rodilleras y coderas.

Tanto si decidimos recorrer Copenhague en bici o a pie, las atracciones principales de la ciudad son The Round Tower (el observatorio más antiguo de toda Europa y desde el que se obtiene una preciosa panorámica del casco antiguo de la capital danesa), The National Museum (el más importante y simbólico de entre todos los museos de la ciudad), The Rosenbog Castle (castillo que alberga las joyas de la corona danesa y en el que podemos disfrutar de las dependencias que antaño habitaron Reyes como Christian V), el palacio de Amalienborg (residencia de invierno de los Reyes daneses), la Ópera, la Radhuspladsen (plaza del Ayuntamiento) o el parque de atracciones Tivoli Garden. En el caso en que no tengamos tiempo para visitar todas estas atracciones, y otras muchas, se podría dejar alguna atrás, pero la que es de obligada visita es la Sirena que se encuentra en el puerto. La escultura de la Sirena recibe a los pescadores que llegan sanos y salvos de faenar en el mar Báltico y es la principal seña de identidad de la ciudad. Desde el puerto de Nyhavn se puede disfrutar de una espectacular puesta de sol.

The Rosenborg Castle
HORA DE COMER
Si te gusta el buen comer, Dinamarca es el país idóneo.

Gravlax de salmón
Los daneses son muy reacios a la comida basura y apuestan por sus productos locales de temporada. De esta forma, la mayoría de sus platos ofrecen pescado, marisco y algas de sus costas o frutas y verduras de sus campos. Uno de los platos que más se repite en las cartas de los diferentes restaurantes de la capital danesa es el Gravlax: finas rodajas de salmón curado en sal, azúcar y eneldo servido sobre rebanadas de pan crujiente con limón y pimienta negra: ¡todo un manjar! Pero toda buena gastronomía tiene su plato salado y dulce por excelencia y en este caso, en la repostería danesa el plato estrella es el Kransekage: un pastel de almendras.
Este gusto por el buen comer está muy arraigado en todo el país y en raras ocasiones los daneses prefieren una hamburguesa a un buen Smørrebrød. Sí que es verdad que Dinamarca es un país caro y que sus restaurantes no se quedan atrás en cuanto al precio de sus platos pero sería un delito visitar el país y no probar alguno de sus platos típicos...

¿SALIMOS DE MARCHA?
Los fines de semana en Copenhague es imposible quedarse en casa porque no se tenga ningún plan.
Es interesante empezar la noche en un pub y acompañar un buen cóctel como el Black Dane con una partida de dados. A los daneses les encanta jugar a los dados en estos pubs y no les importa recibir a nuevos jugadores, el problema viene cuando tienes que entender complicadas reglas en inglés... pero bueno, ¡a la aventura! También hay bares en los que se puede escuchar jazz en directo (como en el Charlie Scott's), otros en los que se televisan partidos de fútbol... y en cuanto a discotecas hay para todos los gustos y bolsillos, lo mejor es dejarse aconsejar o simplemente dar una vuelta y decidirse a entrar en una u en otra. En el centro de la ciudad y en la parte del puerto es donde podemos encontrar un mayor número de discotecas y pubs.


Hemos contribuido a la ecología usando la bici, hemos visitado el National Museum y el Rosenbog Castle, nos hemos tomado un buen Smørrebrød de salmón y hemos disfrutado de la cara marchosa de la capital así que ya podemos decir que hemos vivido una experiencia 100% danesa. Yo lo tengo claro, repetiré en Copenhague y descubriré nuevas ciudades danesas en un futuro, espero, no muy lejano. Espero que hayáis disfrutado tanto como lo hice yo.


¡Nos vemos en la próxima parada!