No hace ni un mes que llegué de mi último viajecito a Bélgica así que lo mejor será escribir sobre alguna de las ciudades que visité. Mi tour comprendió ciudades como Bruselas, Gante, Amberes, Lovaina y Brujas. En esta entrada vamos a empezar por una de las que más me gustaron: Brujas. He de decir que el país me ha decepcionado un poco según las expectativas que llevaba así que quizás en las entradas relacionadas con Bélgica encontréis más aspectos negativos de los que es costumbre en otras entradas de otros blog o de este propio...
BRUJAS: la ciudad
Esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, se puede visitar de sobra en un día.
Podemos empezar la visita por la iglesia medieval de Notre Dame en cuyo interior nos sorprenderán obras tan significativas como la Madonna de Miguel Ángel, y cuya torre de ladrillo está catalogada como la tercera más alta del mundo.
iglesia de Notre Dame |
Una vez visitada, bajamos la calle comercial hasta llegar a la plaza Grote Markt, uno de los mayores encantos del centro histórico de la ciudad. En esta plaza encontramos los edificios más importantes de la ciudad como la torre Belfort o el Juzgado Provincial y, en el centro de la plaza, las estatuas de Jan Breydel y Pieter de Coninck.
Asimismo, en esta plaza de origen mercante sobran los bares y puestos de comida rápida, así que quizás sea un buen sitio para tomarse algo cuando nos entre el hambre. Hay bares que ofrecen todo tipo de comida, desde los tradicionales mejillones con patatas fritas, comida italiana o sándwiches.
Grote Markt |
Torre Belfort y su campanario |
Se puede subir a la torre Belfort, declarada Patrimonio de la Humanidad, y a sus campanas de carrillón para disfrutar de unas vistas espectaculares de toda la ciudad belga. La torre tiene 83 metros, 366 escalones de escalera de caracol que nos ascienden hacia otra de las joyas de la ciudad: las vistas de Brujas y sus canales. La entrada cuesta 8€, para los menores de 25 años 4€, y está abierta desde las 9 de la mañana hasta las 17 de la tarde. Hay que tener en cuenta que cada hora en punto suenan las campanas, por lo que es mejor no encontrarse arriba en este momento. Tras empaparnos de la Grote Markt, bajamos la calle hasta llegar a otra plaza, la plaza Burg. En esta plaza se encuentra el Ayuntamiento, de estilo gótico, el Palacio de Justicia y la capilla de la Santa Sangre. Uno de los callejones de esta plaza nos lleva al Rozenhoedkaai, el muelle con las vistas más bonitas para mi gusto de toda la ciudad. Por último, a las afueras de la ciudad se encuentran los 4 molinos del siglo XIII que formaron parte de las defensas de la ciudad en esta época. Estos molinos encierran diferentes museos, aunque también merece la pena visitarlos solo por fuera.
A los que les apasionen los museos, Brujas también cuenta con un gran número de ellos, de entre los que destacan dos:
Friet Museum |
Museo de la patata frita (Friet Museum): ya que los belgas se atribuyen la invención de este plato tan presente en nuestras vidas, ¿por qué no crear un museo dedicado a ello? Pues sí, en la calle Vlamingstraat encontramos este peculiar museo. Precio: 7€, 6€ para estudiantes presentado el carnet.
Museo Gruuthuse: nos brinda la oportunidad de recorrer las estancias del palacio gótico que perteneció a la familia de mercaderes Gruuthuse en el siglo XVIII. Además dispone de colecciones de arte, piezas arqueológicas y una colección numismática. Precio: 6€, 5€ para estudiantes presentando el carnet o la tarjeta europea joven.
CANALES: tranquilidad en estado puro
Otra de las características de esta popular ciudad son sus canales. Muy comparada con Venecia, Brujas consta de numerosos canales sobre el río Zwin que posicionaron durante años a la ciudad como uno de los principales centros comerciales del norte de Europa. Actualmente son uno de los principales atractivos de la ciudad y un reclamo turístico enorme, por lo que los tours en barco son numerosos en toda la ciudad. Por 8€ por persona no está de más realizar esta ruta de 30 minutos para ver la ciudad desde otra perspectiva. El tour conlleva también una explicación (en flamenco, inglés y francés) sobre los lugares clave de la ciudad como la Casa del Pelícano o los palacios neogóticos. Aunque se vea lo mismo que ya hemos visto andando, el paseo proporciona mucha tranquilidad y nos ofrece otra perspectiva diferente de la ciudad. Salen barcas con mucha frecuencia, lo que es perfecto para no perder mucho tiempo.
CHOCOLATE: el oro belga
Amantes del chocolate, ¡estáis en la ciudad adecuada! Son numerosas las tiendas de chocolate que aparecen en cada rincón de cada ciudad belga, pero Brujas, conocida como la capital del chocolate, se lleva la palma. Las dos marcas más conocidas por poseer el mejor chocolate son Leonidas y Godiva. Personalmente me quedo con la segunda. Sin embargo, un detallito que me sorprendió mucho en las tiendas de chocolate, en cualquiera de las dos mencionadas, es que son muy reacios a que seas tú quien elija los bombones que quieres llevarte en las cajas surtidas. Las dependientas se empeñan en meterte ellas los bombones que a ellas les parece oportuno y, además, te echan dos de cada tipo. Habrá a quien esto no le importe pero si queréis combinar la caja con los bombones que os dé la gana, insistidles para elegirlos vosotros. Os pondrán mala cara sí, pero al menos que salgáis de la tienda con una caja de bombones a vuestro gusto. No os arrepentiréis de probar estos manjares de chocolate con leche, negro, blanco, con licor, de café, con pistacho... ¡hay tantos donde elegir!
bombones surtidos |
gofres |
CERVEZA: variedad donde elegir
La gastronomía belga destaca por sus mejillones con patatas fritas, sus patatas fritas, sus chocolates y, por supuesto, su inmensa variedad de cervezas. Hay miles de sitios en toda Bruselas para degustar diferentes variedades pero yo me quedaría con uno muy chulo que encontré en esta ciudad: 2be Beer Wall. Nada más entrar encontramos un escaparate enorme con botellas de cervezas diferentes y una cita de Kennedy que nos advierte de que la cerveza es la prueba de que Dios nos quiere hacer felices ("Beer is proof that God loves us and wants us to be happy"). Después de elegir entre tantas variedades, lo mejor es salir a la terraza y buscar un sitio para poder degustar nuestra cerveza a orillas del canal. Otra opción es pedir la tabla de degustación que incluye 4 variedades diferentes. Este rinconcito está en la calle Wollestraat, a escasos metros de la plaza Grote Markt.
degustación |
2be Beer Wall |
Y hasta aquí nuestro viaje a la encantadora Brujas. Solo me queda mencionar que en Brujas, como en el resto de ciudades flamencas, no son muy amigos de hablar en francés así que mejor recurrir al inglés o al alemán. Espero que hayáis disfrutado mucho de este viajecito al norte de Bélgica, ¡nos leemos en la próxima!
Bon voyage!!!
joder que buena pinta el chocolate y los gaufres
ResponderEliminargracias por el post
muy interesante!!!!!
Siiiii, muy rico todo!!!
EliminarGracias por el comentario. Saludos!